Te propongo unos consejos para no engordar en Semana Santa. No dejes que las vacaciones estropeen tu dieta y tu figura!!!
Cada vez que llegan las vacaciones ocurre lo mismo: visitas lugares nuevos, te tumbas en la playa, sales de noche, comes con amigos en restaurantes… y te reincorporas a la rutina con un par de kilos de más. Ahora que se acerca la Semana Santa creo que es necesario que recuerdes que las vacaciones no suponen carta blanca para olvidar todas nuestras buenas costumbres alimentarias.
Sé que no es fácil controlarse cuando uno sale fuera de casa. No es cuestión de renunciar a todos los placeres gastronómicos de la vida, sólo de cuidarse un poco para que pasarlo bien no nos pase factura. ¿Necesitas algunos consejos para organizarte? ¡Aquí los tienes!
1. Planifica las comidas y cenas.
Turisteas durante toda la mañana y de repente…¡son las cuatro de la tarde y aún no has comido! Estás tumbada en la playa y…qué pereza vestirse para ir a comer…
Cambiar las rutinas diarias puede ser muy peligroso. Si pasamos muchas horas sin comer, nos será muy difícil controlarnos al tener la comida delante y es probable que nos excedamos. Durante las vacaciones, lo mejor es comer cada poco tiempo, pero no demasiado. Y el desayuno debe ser fuerte, especialmente si vas a hacer ejercicio durante el día (y sí, visitar los principales monumentos de una ciudad cuenta como ejercicio, y agotador).
Lo mejor es que lleves aperitivos sanos para comer entre horas, así, matas dos pájaros de un tiro, en la comida siguiente no tendrás tanta hambre y evitarás la tentación de ir al kiosko a por unas patatillas. Puedes llevar alguna pieza de fruta, frutos secos, una barrita de muesli, queso bajo en grasas o sandwiches de pan integral.
2. Haz ejercicio.
En este caso el turismo más peligroso es el de playa…tomando el sol, durmiendo…y ¡comiendo! es muy fácil volver con unos kilos de más, por no hablar de la tentación del chiringuito, siempre a mano. No tienes que sufrir, puedes comprarte un helado de vez en cuando, pero después quémalo. Nada en el mar, pasea o juega a las palas. Además, te sentirás mejor.
3. Bebe agua.
Al irnos de vacaciones tendemos a pedir una cañita en el aperitivo, comer con vino y salir por la noche y tomar alguna copa. ¡Error! El alcohol suma muchas calorías, que además, no te aportan nutrientes a cambio. Para calmar la sed, siempre agua. Para satisfacer el vicio, trata de controlar la ingesta de alcohol y refrescos.
4. Cuidado con el buffet libre
El buffet libre tiende a hacernos comer más de lo que necesitamos. La comida está siempre disponible, y hay tanta variedad que cuesta elegir sólo un plato. Además, suelen abundar los productos fritos y la pasta.
¿La solución? Usa la cabeza en todo momento: no picotees de esto y de aquello. Decide que es lo que quieres tomar y llevate el plato -que no debe ir rebosante- a la mesa. Si después tienes hambre ya te levantarás a por más, pero no lo traigas a la mesa por defecto. La pasta mejor a mediodía. Es una buena idea que cojas ensalada o algún vegetal de primero, así llegarás con menos ansia al segundo, más calórico. Como postre elige fruta o yogur -aunque algún día puedes tomarte una tarta, claro está, pero después…¡muevete!
5. Evita los restaurantes de comida rápida
Vale que tienes prisa, o que no quieres gastar mucho dinero, pero hay otras opciones. Igual no tienes ningún local de ensaladas prêt-à-porter, pero lo que seguro tienes es una tienda. Es mucho mejor que compres pan integral, lechuga, tomate y pavo -o ingredientes al gusto, vaya- y te hagas un bocata que tomar una hamburguesa en el Mcdonals.
Ya me contarás si has conseguido seguir mis consejos… a cambio ¿cuáles puedes darme tú? ¿cómo controlas tu alimentación en vacaciones?
Vía: Salood