Britnet Spears lo ha vuelto a conseguir y no hablo de otro escándalo, sino de su carrera musical. Hace unas semanas nos presentaba su nuevo single «Gimme more» en una caótica actuación en una gala de la MTV. «Blackout» es ya número uno de descargas en el servicio de internet iTunes. Es su quinto disco de estudio y su quinto debut en el número uno.
La cantante estadounidense vendió en el primer día de su nuevo disco, «Blackout», 124.000 ejemplares, lo que, según la revista especializada «Billboard», la podría situar en una semana en el número uno de la lista de ventas.
Hacía cuatro años que Spears no se metía en un estudio. Han sido, precisamente, los cuatro años que han marcado la decadencia de su imagen pública, un tiempo en el que, casi sin trabajar, no ha desaparecido de los medios, aunque los inundara mientras se sumergía en una triste espiral: dos bodas, dos divorcios, una de momento perdida lucha por la custodia de sus hijos, desatadas salidas nocturnas, visitas a un centro de desintoxicación, excentricidades como un rapado al cero a la vista de las cámaras…
Las 12 canciones de «Blackout», con su cuidada y espectacular producción, son una colección de pop-dance ya alabada por miles de fans en internet y por la mayoría de los críticos, desde los de Rolling Stone hasta los de la prestigiosa radio pública. Y aunque algunos señalan con sarcasmo que a veces Britney parece perderse entre tanta producción y apoyo de otras voces, no dejan de alabar el disco.