¿Empezar a correr está entre tus objetivos para el próximo curso? Si este no es el primer año que te lo propones ya sabrás cuál es el problema: correr cansa. Si, claro, como cualquier otro deporte, pero sí correr te cuesta más es porque no lo has intentado de la manera adecuada.
Al empezar a correr es muy importante hacerlo de manera progresiva, sin tratar de correr súper rápido, sino insistiendo más bien en la constancia. Es mejor correr 20 minutos trotando despacito que acabar en dos minutos con la lengua fuera y con el corazón desbocado (y deseando tirarte en el sillón). Y es que a veces, aunque creamos que vamos despacio, estamos yendo más rápido de lo que nuestro cuerpo soporta.
Y es que si no estás acostumbrada a hacer deporte, necesitas unos truquillos para que lo de empezar a correr salga bien. ¿Los vemos?
Lo primero para mantener la motivación es recordar por qué queremos correr. Y es que se trata de un ejercicio muy completo que te traerá multitud de beneficios: ganas resistencia y flexibilidad, te ayuda a bajar de peso, mejora el funcionamiento de tu corazón, tonifica tus piernas y lo mejor de todo…¡te libera del estrés! Y es que si todo deporte es bueno para subir el ánimo, correr al aire libre te hará olvidar absolutamente cualquier problema.
Pero para que correr te enganche hace falta ponerse metas realistas. No trates de correr 40 minutos seguidos el primer día si no estás acostumbrada a hacer ejercicio, porque todo lo que conseguirás será frustarte. Lo ideal es empezar con sesiones de 15 minutos en las que se combine 2 minutos de correr a un ritmo ligero con un minuto de andar rápido.
A medida que veas que cada vez eso te cuesta menos, puedes ir subiendo el tiempo total de correr y espaciando los minutos de caminar rápido. Además, el ritmo para correr debe ser siempre moderado, que te permita mantener una conversación mientras lo haces (los primeros días esto parecerá misión imposible por despacio que vayas, pero pronto comprobarás que no es así).
Además, para empezar a correr debes contar con el equipamiento adecuado: unos tenis especiales para correr, con buena amortiguación y estabilidad. Conviene comenzar por terrenos naturales como el cesped, ya que el asfalto aumenta el impacto articular durante las primeras sesiones. Por último, ¡no olvides hacer estiramientos antes y después de correr!
¿Preparada para comenzar a correr?
Vía: Vidasana.es