¿Intentas irte a la cama sin cenar porque la última comida es muy díficil de quemar? ¿Tienes alguna amiga que te haya confesado que solo cena fruta para adelgazar? Hemos escuchado tantas veces que la cena debe ser ligera que puede que hayamos malinterpretado lo que esto significa.
Y es que parece que todo alimento tomado después de las siete de la tarde se convierte automáticamente en grasa (y no, no funciona así). Quizá tras saltarte una cena te peses al día siguiente al despertar y veas toda orgullosa que has perdido 500 gr (que recuperarás tras el desayuno). Pero si te acostumbras a pasar de la cena a menudo… tu cuerpo engordará.
¿Quieres saber por qué?
Evidentemente, si te saltas una cena y te vas a cama con el estómago vacío, a la mañana siguiente pesarás algunos gramos antes que el día anterior. ¿Sabes cuál es el problema? Que tu cuerpo ya ha recibido la voz de alarma: ¡12 horas sin recibir comida! ¡Tengo que acumular grasa para el futuro o podré tener problemas!. Y es que cuando el cuerpo recibe menos alimentos de los que necesita, el metabolismo se acostumbra a trabajar más lento. Es decir, le cuesta más quemar la grasa.
Otra consecuencia negativa de saltarse la cena es que provoca un aumento de la producción de insulina en el cuerpo. Y a mayor cantidad de insulina, mayor cantidad de alimentos necesita el cuerpo para saciarse. Consecuencia: llegarás al desayuno con un hambre voraz.
Se ha comprobado que entre la gente que se salta la cena hay mayor riesgo de enfermedades como la obesidad o la diabetes. Sin embargo sigue siendo muy habitual que la gente tras una comida copiosa, o simplemente cuando está a dieta, se sienta mejor al decidir no cenar, sin saber que en realidad está provocando justo eso que quería evitar. Evidentemente, por no cenar un día no va a ocurrir nada, pero acostumbrar al cuerpo a saltarse la cena con cierta frecuencia es muy perjudicial.
¿Cuál es la única solución para adelgazar? Cenas ligeras -ligeras no significa cenar un yogur o una manzana- pero equilibradas, y consumirlas siempre como mínimo dos horas antes de meterte en la cama. Lo ideal es tomar proteínas (carne, pescado, huevos) con verduras o legumbres. Y de postre un lácteo desnatado o una fruta. Claro está, esto sólo es útil si el resto del día también comes equilibradamente y sin pasarte con las cantidades.
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¿Has cometido alguna vez el error de no cenar para adelgazar?