El helado engorda , malo para la garganta , da dolor de cabeza ?
Cuando era pequeña, un día que me tomé un polo de limón despues de cenar, un ser agorero me pronosticó: “se te va a cortar la digestión…”. Ese fue sólo el principio de una larga retahila (que fui escuchando con los años): el helado hará que se te caigan todos los dientes, es fatal para la garganta, te vas a poner como una foca, después no vas a poder comer nada… ¿Es el postre del verano tan malo como lo pintan?
Creo que ha llegado el momento de desmontar algunos mitos alrededor del helado. ¡Vamos allá!
1. El helado engorda
Siento decirte que esto, lamentablemente, no es ningún mito. El helado es un alimento rico en grasas y azúcares, así que engorda tanto como un batido u otros postres lácteos, pero no más, así que tampoco hay que exagerar. Si lo consumes moderadamente no tiene porque tener consecuencias para tu figura, ahora sí, si tomas un helado a lo largo de un día en el que ya has consumido abundantes grasas y azúcares…tu cuerpo lo notará.
Por otro lado, si estás en medio de una dieta de adelgazamiento, igual es mejor que elijas un helado de hielo, que no incluye grasas en su composición.
2. El helado es malo para el colesterol
La presencia de colesterol en los batidos de base láctea no es muy alta, menor que en la leche, por ejemplo. Por otro lado, los helados a base de leche desnatada o de agua no contienen colesterol.
3. El helado es como una golosina, no nos aporta nada
El valor nutritivo del helado es alto (a excepción de los helados a base de agua), y son una forma excepcional de ingerir vitamina B2, calcio y proteínas, especialmente recomendables para niños y personas de la tercer edad.
4. El helado es malo para la garganta
Todo lo contrario, el frío del helado ayuda a aliviar inflamaciones en la boca o garganta como bien saben los operados de amígdalas a quienes, tras la intervención, se les recomienda iniciar la alimentación con pequeñas cantidades de este producto.
5. El helado puede causar cortes de digestión
Esto es cierto, pero solo si se toma gran cantidad y muy rápido. Para evitarlo, solo tienes que tomar el helado lentamente, de forma que se va calentando antes de llegar al estómago.
6. El helado da dolor de cabeza
Comer un helado puede provocar a veces dolor de cabeza. Esto se debe a que en determinadas personas sensibles al frío la estimulación de un ganglio que tenemos en la parte posterior del paladar puede provocar una reacción muy similar a la de una jaqueca, aunque, eso sí, muy limitada ya que dura pocos minutos y no tiene repercusiones posteriores. Pero, para evitarlo, solo tienes que introducir en la boca cantidades pequeñas de helado.
7. Los helados son muy peligrosos porque pueden provocar intoxicaciones alimentarias
Aunque los helados contienen ingredientes susceptibles de ser peligrosos (la leche o el huevo), los procesos de fabricación son muy seguros y están controlados. Es diferente si viajas a algún país del tercer mundo, donde es mejor que te abstengas de probar este postre.
8. Los helados quitan el hambre
Pues depende. Los helados de base láctea pueden quitarlo, pero los de base de agua lo incrementan. Esto se debe a que el frío estimula las papilas gustativas, y además el azúcar provoca la segregación de insulina, haciendo que sintamos más hambre que antes.
9. Los diabéticos no pueden comer helados
Eso depende de cada paciente, en función del consumo de glúcidos que deban hacer. Muchos diabéticos hacen una ingesta moderada de glúcidos, y en este caso, el helado permite una aportación mejor que si se hiciera a través de glúcidos más simples.
10. Los helados producen caries
Los helados, aún siendo alimentos con un cierto contenido en azúcares, no son especialmente cariogénicos, ya que sus azúcares son del tipo más inocuo para los dientes, y además, inducen la salivación, lo cual constituye un factor que ejerce una cierta protección frente a la caries, por su acción de drenado y neutralización de la acidez.
¿Por qué tendrán tan mala fama los helados? Ahora ya sabes… ¡a disfrutar de ellos!. Eso sí, con moderación.