Las necesidades del organismo varían a lo largo del día. Las enzimas que segregamos en la digestión no son las mismas a la mañana, la tarde o la noche.
Si aprendemos a ingerir en cada momento conseguiremos mejorar su asimilación y disminuir el almancenamiento de grasas.
Desayuno: el mejor momento para las grasa
El desayuno es el mejor momento del día para tomar grasas, como queso, mantequilla, galletas, embutido, etc. porque la primera hora del día es cuando mejor se metaboliza.
Un buen desayuno puede reunir unas 400 calorías.
Haz clic aquí para descubrir cómo es un desayuno sano y completo.
Comida: la hora de las proteínas
Al mediodía, segregamos las enzimas adecuadas para la digestión de proteínas. Es el momento de tomar un buen filete, legumbres, huevos o pescado.
Una comida equilibrada puede tener unas 575 calorías.
Merienda: tómate un dulce
La media tarde es el mejor momento para darse un capricho, porque a esta hora nuestro organismo segrega una mayor cantidad de insulina, encargada de controlar los azúcares.
Así que puedes aprovechar para tomar unas onzas de chocolate, de vez en cuando.
Puedes consumir unas 150 calorías.
Cena: temprana y ligera
Cuando acaba el día, la secreción de enzimas se minimiza, por lo que lo aconsejable es no caer en la tentación de platos contundentes.
Evita tener hambre a la cena, por lo que es importante que meriendes adecuadamente o procurando cenar lo más temprano posible. Una cena equilbrada no debe superar las 350 calorías. Haz clic aquí para descubrir unos ejemplos de cenas sanas y ligeras.